Los segundos transcurren sin césar, el tiempo es el único que nunca detiene su marcha, su progreso es infinito, mientras la vida se va realizando, mientras muchos nacen otros perecen. Mientras un ciclo comienza otro ciclo termina, es menester tener la sabiduría necesaria para identificar cuando un ciclo termina y tomar las decisiones más convenientes para seguir adelante. La vida es un cúmulo de instantes, de oportunidades, de desafíos, de alegrías, de tristezas, de placeres, de convivencias, etc.
Esta vida hay que aprenderla a disfrutar, a vivir plenamente cada segundo. En esta vida no saber no es grave, lo grave es no querer aprender, se aprende con los errores, con el paso del tiempo, con las frustraciones, se aprende con las derrotas, hasta a veces es necesario aprender con lágrimas. Sepamos valorar los consejos de nuestros amigos y seres queridos, y tener en cuenta que cuando alguien de más edad nos anima a seguir adelante y nos dice que tenemos toda una vida por vivir, el tiempo es quien tiene la razón.
La vida está llena de relaciones interpersonales, relaciones que muchas veces no son fáciles de sobrellevar, en este sentido no hay fórmulas estándares que aplique para todos en pro de resolver las diferencias, cada quien tiene que deducir las suyas.
Vivamos la vida con lo que tenemos, con nuestros logros, con nuestro entorno inmediato, con nuestro presente y que el pasado nos sirva solo como punto de referencia y no de residencia. Cada día procuremos ser mejores personas. Sonreír siempre nunca será suficiente, porque ser feliz debe ser una persecución constante de todo ser humano.
¡Vive la vida hoy y siempre!.
Diciembre 01, 2010.
Mario Rueda Avila.
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